Desde que
realicé los módulos 1 y 4 de Integración Sensorial (IS) han pasado un par de
años… ya era hora de prepararme para terminar la especialización. En algo menos
de una semana muy intensa, ha tenido lugar en Madrid este mes de septiembre el
módulo 2 de Integración Sensorial: “Especialización en técnicas de evaluación en I.S.”, de la
mano de AYTONA Formación.
La pregunta
más frecuente por parte de mis compañeros terapeutas que también se han
encaminado en la IS, es ¿vale la pena hacer los cursos 2 y 3?. Para el que no
lo sepa, con los módulos 1 (perspectivas de IS) y 4 (tratamiento de IS), somos
aptos para realizar el tratamiento desde este abordaje. Pero mi inquietud investigadora
me lleva a plantearme que los objetivos de cualquier tratamiento que se precie
como válido y fiable no son reales, así como que los datos que aportamos no son
realistas si no podemos realizar una valoración justificada. Voy a resumir lo
que a mí me gustaría que me contaran cuando pregunto por algo tan concreto. Pros
y contras. A todos nos gusta saber si merece la pena una inversión tan grande,
sobre todo si tenemos que priorizar, económicamente hablando, en nuestra
formación. Partiendo de que, en este caso, ya sabemos que es un gran esfuerzo
económico.
Con mis compis terapeutas. Laila a la izq. y Marta a la dcha |
El curso 2
y 3 están destinados a aprender el funcionamiento de las pruebas del SIPT (Test
de Integración Sensorial y Praxis) y su posterior interpretación para el
diagnóstico. En lo que respecta al que acabo de terminar, el módulo 2, es
básicamente la instrucción-aprendizaje de cada una de las 17 pruebas que
componen la evaluación. Es una tarea larga y finalmente cansada, aprender a
pasar y a corregir las diferentes pruebas, requiere de destreza, dedicación y todo
el tiempo y práctica de los 5 días que dura el curso. Ha sido fenomenal
disfrutar y compartir con nuevos compañeros este tiempo. Es un verdadero placer
conocer terapeutas ocupacionales de otras ciudades y países y aprender de
y con ellos.
Ahora bien,
centrándonos en el SIPT, es una prueba estandarizada, para niños de 4 a 8 años
y 11 meses. Nos ayuda a comprender por qué algunos niños tienen dificultad al
aprender o comportarse como esperamos, en cuanto a su forma de organizar
neurológicamente las sensaciones que perciben durante las actividades de vida
cotidiana. La disfunción integrativa sensorial puede dar como resultado
dificultades en labores de percepción visual o la ineficacia en la
interpretación de sensaciones corporales, entre otras cosas. No todos los niños
necesitan, ni mucho menos, de este tipo de tratamiento, de ahí la necesidad de
saber valorarlo (y tratarlo), en los casos que sea acertado utilizar este
abordaje.
Y ya que
está muy de moda el tema de la IS, entre los
compañeros comentábamos la facilidad de otros terapeutas de “decir que hacen IS”. Suelo
ser muy crítica en este aspecto, soy fiel lectora de las grandes obras de mi
profesión pero también es cierto que no se aprende todo en los libros o haciendo las
cosas a medias. Como en este caso, y como con cualquier formación de calidad,
hay actividades que necesitan de otro tipo de aprendizaje, como es el seguimiento
de nuestro desempeño profesional, de la mano de otros profesionales más
veteranos, y nuestro compromiso de reciclarnos y seguir formándonos. Considero
que es de buen profesional saber delegar en terapeutas cualificados (o
certificados) este tipo de trabajo. Defraudar a una familia o jugar con el
tratamiento de un niño, no entra dentro de nuestra ética profesional.
Sonrisas Terapéuticas :)
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