8 de enero de 2013

Rehabilitación de las ABVD: Movilidad Funcional

             En la clasificación de las ABVD del Marco de Trabajo para la práctica de la Terapia Ocupacional (2002), la Movilidad Funcional se describe como:

Moverse de una posición, o lugar a otro (durante el desempeño de cualquier actividad cotidiana), ya sea la movilidad en la cama, en silla de ruedas, transferencias (silla de ruedas, cama, coche, bañera, inodoro, plato de ducha/bañera, silla, suelo). Cambios funcionales, deambulación y el transporte de objetos”.

            Desde terapia ocupacional, la necesidad de rehabilitar la movilidad funcional radica en que puede suponer la diferencia entre institucionalizar al paciente o no; puesto que conseguir la independencia en esta área de ocupación significa disminuir en gran medida la sobrecarga de los cuidadores.
En general para cualquier persona, la movilidad en cama, las transferencias y la deambulación representa alcanzar un grado de autonomía suficiente para poder desempeñar el resto de actividades de la vida diaria.

De esta manera, en los casos que el paciente lo requiera y sea posible, tendremos que plantearnos trabajar, en primer lugar, estimulando y reeducando la movilidad funcional.  Porque mi experiencia me indica que cuando un paciente logra moverse en la cama, transferirse de un lugar a otro y finalmente deambular, se encuentra mucho más motivado a conseguir el resto de actividades de vida diaria. El plan a seguir será gradual, donde se trabajará con los siguientes ítems* generales:

ΠMovilidad en cama:
­         Volteos.
­         Desplazamientos en decúbito.
­         Levantarse y sentarse al borde de la cama.
­         Desplazamientos en sedestación por el borde de la cama.

 Transferencias:
­         Equilibrio en sedestación.
­         Paso sedestación a bipedestación.
­         Paso bipedestación a sedestación.
­         Equilibrio en bipedestación.

Ž Deambulación:
­         Reeducación funcional de la marcha.

* Cada punto requiere de una evaluación y tratamiento específico que no desarrollo en esta publicación.

Cuando comencé a trabajar me preguntaba si realmente tenía los conocimientos necesarios como para pasar a un siguiente nivel en un trabajo de estas características (ese sentimiento que tenemos cuando salimos de la carrera de “no se nada”). Con lo que no contaba (y es que a veces nos dejamos llevar demasiado por la teoría) es que la propia evolución del paciente me indica que tenemos que entrenar un mismo paso o continuar con el siguiente.


Sonrisas Terapéuticas :)

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