22 de marzo de 2015

Cuidados en el hogar






Cuidar de otro no es fácil. Y a veces nuestras herramientas y recursos se agotan con facilidad cuando no recibimos otro tipo de apoyo directo. Que el cuidador delegue tareas a otros es un punto necesario e importante, sin embargo, a veces es complicado (tiempo y dedicación absoluta, pensamientos distorsionados…). En ocasiones con simples gestos hacemos de la vida de la persona que cuida una vida mejor (tiempos de respiro para ocuparse de uno mismo).

Hoy utilizo este rincón para rendir un pequeño homenaje a mis chicas (en su mayoría son cuidadoras), madres, esposas, hijas y nietas. Que se dedican diariamente a que esa persona que los necesita tenga los mejores cuidados.

Si bien siempre se habla de la relación terapéutica se acaban desarrollando relaciones que van mucho más allá de lo estrictamente profesional. Durante mi desempeño profesional me he encontrado con familias con las que ha sido -y es- un placer trabajar. Como terapeuta sabes que tu trabajo dista mucho de tratar únicamente a un paciente concreto (y más con el trabajo domiciliario, donde todo influye directamente en el desempeño de cualquier tarea y donde tienes la oportunidad de ver en directo qué habilidades tienen y de cuáles podrían beneficiarse en el conjunto familiar).

La CLAVE: La paciencia y la actitud positiva, pesan como nada y lo llenan como todo.

Para más información, hay algunos documentos relacionados en el apartado de descargas. Añado este otro, que encontré recientemente en la Fundación Mutua Madrileña y Afal:



No tiene porque ser específicamente cuidadores de pacientes con Alzheimer, como apunta esta guía pero seguro que os resulta interesante. Qué os sea útil.


Sonrisas Terapéuticas :)

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