8 de enero de 2014

El viaje a Holanda



Este curso académico, estoy inmersa en el maravilloso mundo de la terapia ocupacional en la infancia. En uno de estos seminarios sobre “cómo intervenir con familias con niños con necesidades especiales”, la docente compartió con sus alumn@s, (entre los que se encontraba una servidora) esta cita de la cual había oído hablar y, aunque parezca extraño, no había conseguido localizar a su autora.




Comparto con vosotros este “cuento”, para comenzar el año con fuerzas y pensamientos positivos… Puesto que me parece muy significativo y que puede usarse en escuela de padres o en algún taller relacionado con la temática. La autora, guionista del programa infantil de Barrio Sésamo y escritora de numerosos cuentos infantiles, compara su experiencia personal ante la llegada de un hijo con necesidades especiales (el proceso de aceptación, adaptación y educación), con un viaje.


Esperar un bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia: compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Ángel, las góndolas de Venecia…

Después de meses de preparación, finalmente llega el día: haces las maletas y estás nervioso.

Algunas horas después, en el avión, la azafata dice:
Bienvenidos a Holanda, ¿Holanda? Preguntas. ¿Cómo que Holanda? Yo pagué para ir a Italia. Toda mi vida he soñado con ir a Italia.

Sin embargo, ha habido un cambio de plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí te tienes que quedar. Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso aprender un nuevo idioma.

Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferente. Es más lento y menos deslumbrante que Italia. Pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes e incluso Rembrandts…

Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viendo a Italia, presumiendo de los días tan maravilloso que han pasado. Y durante el resto de tu vida, te dirás: “sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que había planeado”.

Este dolor no desaparece nunca, pero si malgastas tu vida lamentando no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadores que te ofrece Holanda.

Emily Pearl Kinsgley. 1978


Sonrisas Terapéuticas :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.