“El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, es
el título del libro que me ha tenido entretenida este mes de agosto. De boca de
mis profesores de Universidad, este y otros tantos nos fueron recomendados
encarecidamente. Tengo que reconocer que empecé a leerlo el año pasado en esta misma
época y no pasé de los tres primeros capítulos. Sin embargo, este verano lo he
retomado con calma y ha sido muy interesante.