Cuidar
de otro no es fácil. Y a veces nuestras herramientas y recursos se agotan con
facilidad cuando no recibimos otro tipo de apoyo directo. Que el cuidador
delegue tareas a otros es un punto necesario e importante, sin embargo, a veces
es complicado (tiempo y dedicación absoluta, pensamientos distorsionados…). En
ocasiones con simples gestos hacemos de la vida de la persona que cuida una
vida mejor (tiempos de respiro para ocuparse de uno mismo).
Hoy utilizo este rincón para
rendir un pequeño homenaje a mis chicas (en su mayoría son cuidadoras), madres,
esposas, hijas y nietas. Que se dedican diariamente a que esa persona que los
necesita tenga los mejores cuidados.
Si bien siempre se habla de
la relación terapéutica se acaban desarrollando relaciones que van mucho más
allá de lo estrictamente profesional. Durante mi desempeño profesional me he
encontrado con familias con las que ha sido -y es- un placer trabajar. Como
terapeuta sabes que tu trabajo dista mucho de tratar únicamente a un paciente
concreto (y más con el trabajo domiciliario, donde todo influye directamente en
el desempeño de cualquier tarea y donde tienes la oportunidad de ver en directo
qué habilidades tienen y de cuáles podrían beneficiarse en el conjunto familiar).
La CLAVE: La paciencia y la actitud
positiva, pesan como nada y lo llenan como todo.
Para
más información, hay algunos documentos relacionados en el apartado de descargas. Añado este otro, que
encontré recientemente en la Fundación
Mutua Madrileña y Afal:
No tiene porque ser específicamente cuidadores de pacientes con Alzheimer, como apunta esta guía pero seguro que os resulta interesante. Qué os sea útil.
Sonrisas
Terapéuticas :)
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