La TO en el ámbito de la intervención social

 ¿Existe? ¡¡Pues clarooooo!! ¿Una utopía? No, una realidad. Recordemos, la figura del TO como profesional sociosanitario, desarrolla su papel dentro de los equipos de intervención, rehabilitación e reinserción social, dando respuesta a esas personas que podrían sufrir una disfunción o restricción en el desempeño de sus ocupaciones o en su capacidad para participar e implicarse en actividades significativas dentro de su contexto cultural y/o social.

Hace un tiempo una compañera TO me hablaba de este campo de la terapia que tenemos olvidado y al cual, es posible, no se le preste toda la atención que requiere. Ahora echando un vistazo a la importancia que tiene, y a todos los que os interese el tema, a grandes rasgos, hago referencia a un dossier publicado en la Revista Minusval en Octubre-Noviembre de 2007, relacionaban directamente los procesos de salud-enfermedad con los ciclos de riqueza-pobreza, lo que viene a decir que, la enfermedad afecta en mayor medida a aquellas personas cuyos recursos económicos (entre otros) son limitados. Por otro lado, las personas en riesgo de exclusión tienen mayor dificultad para acceder a la información, a las redes de recursos, a las plataformas de participación ciudadana, a la formación y el empleo de calidad, vivienda, servicios socio-sanitarios…etc. Por lo que se genera un círculo en el que la exclusión y la precariedad se retroalimentan.

Entonces… ¿Dónde podemos intervenir?

            Dentro del ámbito de la intervención social podemos desarrollar nuestro ejercicio profesional en diferentes grupos de población como:

• ­        Niños y adolescentes en centros de menores protegidos, centros de internamiento para menores con medidas judiciales o en los contextos de calle con menos en riesgo de exclusión.
• ­         En centros de atención a población drogodependiente.
• ­         En centros penitenciarios, atendiendo a población adulta que cumple medidas judiciales.
• ­         En centros de acogida a refugiados.
• ­         Con población sin hogar.
• ­         En recursos para mujeres en situación de violencia de género.
• ­         En programas de intervención psicosocial o de inserción laboral para personas con discapacidad.

(…)

¿Nuestro papel?

            Facilitar el equilibrio entre la persona, el medio y el desempeño adecuado de las ocupaciones cotidianas interviniendo en todas las situaciones donde se trabaje en el contexto cotidiano de la persona, incidiendo sobre aspectos que afectan al desempeño de sus ocupaciones con el fin de aumentar la autonomía y mejorar o restablecer la salud.

Una vez más... nuestro trabajo tiene buena pinta.

Sonrisas terapéuticas :)